Los 133 cardenales electores se preparan en el Vaticano para elegir al sucesor de Papa Francisco.
Llegada de los cardenales al Vaticano
El próximo miércoles 7 de mayo marca el inicio del Cónclave en la Capilla Sixtina, donde 133 cardenales, provenientes de 70 países, se encerrarán para votar al próximo líder de la Iglesia Católica. Este evento será uno de los más internacionales en la historia de la iglesia.
Perfil deseado para el nuevo Papa
Según las discusiones recientes entre los cardenales, el perfil ideal del nuevo Papa sería el de un pastor «cercano a la vida real de la gente», capaz de conectar y guiar eficazmente a sus seguidores. Aunque se busca evitar un enfoque revolucionario, aún se desea alguien que pueda presentar reformas significativas.
Proceso de votación y comunicación del resultado
El Vaticano ha confirmado que el Cónclave iniciará la tarde del miércoles, con los cardenales realizando hasta cuatro votaciones diarias. El antiguo método de quemar las papeletas continuará, señalando con humo blanco el éxito en la elección y con humo negro la falta de consenso.
- Primera votación posiblemente el mismo miércoles.
- Humo negro o blanco emergiendo de la chimenea de la Capilla Sixtina comunicará los resultados a la multitud expectante en la Plaza de San Pedro.
Mientras tanto, se intensifican los preparativos logísticos y de seguridad en el Vaticano, desde la instalación de cortinas de terciopelo rojo en el balcón de la Basílica hasta el juramento de confidencialidad por parte del personal involucrado en la ceremonia.
Expectativas de duración y desafíos del Cónclave
Aunque históricamente los cónclaves han durado solo un par de días, hay especulaciones de que este podría extenderse más debido a la necesidad de negociar entre diversos grupos ideológicos dentro del colegio cardenalicio. La elección requiere una mayoría de dos tercios para decidir al sucesor de Francisco.
Con el mundo mirando, el Vaticano se prepara para uno de sus eventos más significativos y simbólicos, reflejando tanto su gloriosa tradición como los desafíos contemporáneos que enfrenta la Iglesia global.