Franco Parisi, líder del PDG, regresa a Chile con el objetivo de llegar a La Moneda en su tercer intento. Cuestiona la clase política, propone medidas de seguridad y rechaza alianzas políticas.
Parisi aterriza en el país para competir en las elecciones presidenciales, prometiendo una campaña en terreno y abordando temas como migración, corrupción y seguridad. Critica a Evelyn Matthei y propone barcos-cárceles para enfrentar la sobrepoblación penal.
El candidato del PDG se autodefine como centrista y critica las encuestas, asegurando que la elección presidencial está abierta. Promete limpiar la corrupción, atacar la violencia y priorizar a las personas en su programa de gobierno.
En relación a la migración, propone aumentar el contingente militar y minar la frontera para combatir la migración irregular. En materia de seguridad, propone usar barcos-cárceles y establecer Reglas de Uso de la Fuerza más estrictas.
Parisi descarta hacer alianzas con otros partidos, incluso en el Congreso donde actualmente no tiene representación. Propone rebajar los sueldos de los funcionarios públicos y promete hacer una consulta a sus seguidores en caso de no pasar a segunda vuelta.
Finalmente, aborda la polémica con Felices y Forrados, asegurando que aprendió de errores pasados y reducirá el gasto en su campaña. Parisi se muestra seguro y decidido en su camino hacia la presidencia, sin temor a las críticas ni a los desafíos que pueda enfrentar.