La lucha contra la pederastia en el seno de la Iglesia fue una prioridad clave durante el papado de Francisco. A lo largo de sus doce años de pontificado, se produjeron ceses y destituciones de miembros de la jerarquía eclesiástica involucrados en casos de abusos sexuales a menores.
El objetivo de Francisco era romper con los esquemas establecidos y enfrentar a las esferas de poder dentro de la Iglesia. Durante su mandato, se destacaron varias renuncias y expulsiones que evidenciaron su compromiso con la justicia y la protección de los más vulnerables.
Uno de los primeros casos emblemáticos se dio en 2013, cuando Francisco aceptó la renuncia del obispo William Lee de Waterford y Lismore (Irlanda), quien admitió su actuación inadecuada en un caso de abusos sexuales cometidos por un sacerdote de su diócesis en 1993.
En 2014, el nuncio vaticano en República Dominicana, Josef Wesolowski, fue expulsado del sacerdocio y de su responsabilidad al frente de la Nunciatura por sus presuntos graves hechos de abuso a menores en República Dominicana. Wesolowski falleció en 2015 mientras esperaba el juicio.
En ese mismo año, Francisco sustituyó al obispo de Ciudad del Este (Paraguay), Rogelio Ricardo Livieres Plano, por la defensa que hizo del sacerdote argentino Carlos Urrutigoity, suspendido por pederastia en Estados Unidos en 2002.
La renuncia del obispo de Kansas City-Saint Joseph (Estados Unidos), Robert W. Finn, también fue un hecho destacado. Finn fue condenado en 2011 por ocultar un posible caso de pederastia por parte de un sacerdote de su diócesis y en 2015 Francisco aceptó su renuncia.
En Chile, se produjo una revolución en la Iglesia luego de que todos los obispos del país presentaran su renuncia en 2018, tras reunirse con el Papa para tratar la gestión inadecuada de los casos de abusos sexuales a menores. Juan Barros, obispo de Osorno, fue acusado de encubrir al sacerdote Fernando Karadima, condenado por abusos sexuales en 2011.
Estos son solo algunos ejemplos de los numerosos casos de abusos sexuales que fueron destapados durante el papado de Francisco. Su determinación por enfrentar este problema y reformar la Iglesia causó un gran impacto y sentó las bases para un futuro más transparente y seguro en la institución religiosa.