La buena memoria y una coincidencia en una estación de servicio fueron clave para lograr la detención de un hombre, acusado de participar en una encerrona que se convirtió en un secuestro en San Bernardo.
Así fue la encerrona y posterior secuestro
La madrugada del martes 1 de julio, en el centro de San Bernardo, un joven y su acompañante fueron interceptados mientras estaban estacionados en un auto de alta gama por dos vehículos que les bloquearon el paso.
Después de frustrar el robo, volvieron al lugar 30 minutos más tarde, encontrando el auto en su sitio, pero el compañero había desaparecido, convirtiendo la situación en un secuestro.
Los delincuentes, golpeando y amenazando al joven, lo obligaron a subir a un auto con una capucha en la cabeza, desorientándolo mientras lo paseaban por calles. Le arrebataron sus joyas y $600,000 en efectivo, conservando sus tarjetas bancarias.
La víctima logró reconocer a uno de los delincuentes en una casa en La Pintana, donde le provocaban para evitar que mire. Sorprendentemente, era un excompañero del colegio del joven. Posteriormente, fue abandonado en un lugar deshabitado y pidió ayuda a Carabineros.
El momento del reconocimiento y la coincidencia
En una casa en La Pintana, la víctima logró reconocer a uno de los asaltantes, su excompañero de colegio, a pesar de estar encapuchado, debido a una coincidencia que marcó el destino. El joven recordó el nombre y apellido del agresor, mientras este no lo identificaba.
Además de este reconocimiento, la detención del sospechoso se produjo gracias a una coincidencia en una estación de servicio cercana a Nos, donde la policía identificó al implicado entre otras personas que intentaron evadir el control policial mediante identidades falsas.
