El Consejo Consultivo del Santuario de la Naturaleza del Río Cruces y Chorocamayo ha alertado sobre la primera depredación del año de cisnes de cuello negro por parte de lobos marinos, generando daños tanto a la fauna silvestre como a la economía local.
José Araya, presidente de este consejo, lamentó la repetición de este escenario durante esta época, donde los lobos marinos ingresan desde la costa hasta el río Cruces para atacar a las aves protegidas. La falta de una solución real ha sido destacada, especialmente por los impactos que se han generado desde 2018 hasta la fecha.
En este sentido, el Servicio Nacional Forestal, antes Conaf, expresó su preocupación por la depredación de cisnes de cuello negro en el Santuario del Río Cruces, que ha sido históricamente un sitio crucial para la reproducción de estas aves en Sudamérica. El hallazgo de al menos siete carcazas de cisnes depredados entre Punucapa y Tres Bocas ha evidenciado la gravedad del problema.
La ausencia de nidación de la especie emblemática del santuario durante un año generó inquietud en los sectores dedicados al turismo local, sugiriendo posibles cambios en el comportamiento de las aves debido a la presencia de depredadores.
Varias mesas de trabajo interinstitucionales se han conformado para abordar la situación, proponiendo medidas que van desde el traslado de lobos al zoológico de Buin hasta la eliminación de los mamíferos implicados en los ataques. Sin embargo, hasta el momento ninguna medida ha sido efectiva, pese a la protección legal que poseen los lobos marinos en el marco de la Ley de Caza.
