Muerte de Johnny San Martín pone en duda prácticas de ProCultura

Johnny San Martín, excolaborador de ProCultura, falleció días después de un allanamiento de la PDI, destacando sus problemas de cotización impagos. A sus 53 años, San Martín, considerado la mano derecha de Alberto Larraín, fundador de la ONG, tenía importantes responsabilidades en la organización. Sin embargo, su sueldo de $800.000 al mes estaba atrasado, al igual que sus cotizaciones.

En un giro dramático, San Martín sufrió una descompensación tras el allanamiento, siendo detenido y posteriormente falleciendo debido a una encefalopatía hepática. Revelaciones de Constanza Gómez, representante legal de ProCultura, y su conversación con Josefina Huneeus, exesposa de Larraín, detallan la falta de pago de las cotizaciones a San Martín, generando un ambiente cargado de tensión y responsabilidades sin resolver.

La familia de San Martín expresó su indignación por la falta de acciones de Larraín para solucionar los problemas financieros del excolaborador. Con correos y conversaciones filtradas, se evidencia la angustia y la impotencia de la familia ante la situación, denunciando la falta de acceso a tratamientos médicos por las cotizaciones impagas.

La relación entre Larraín y San Martín se vio deteriorada por la falta de pagos, la cual se tornó insostenible para la familia del fallecido. A pesar de las amenazas de acciones legales y la responsabilidad evidente de Larraín, hasta la fecha no se han iniciado acciones formales contra la fundación.

Finalmente, se destaca la importancia de San Martín como testigo clave en el caso ProCultura, donde su conocimiento interno y su rol como administrador financiero lo convertían en una pieza crucial en la investigación. Con declaraciones y evidencia sobre su participación en contratos y proyectos de la ONG, su fallecimiento plantea interrogantes sobre posibles implicaciones y responsabilidades.

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